Pude haberle dicho que se fuera; simplemente no abrirle la puerta. Pude haber dicho desde el otro lado de la puerta vete, déjame en paz. Yo sé que quieres persuadirme, pero no caeré. Y aún así no lo hice. También debí de haberle negado incluso mi existencia, haberme quedado callado, esconderme bajo la cornisa de la ventana y simplemente no responder al …
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Semanario de Moda para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.